Detrás de una historieta hay un proceso de creación que, en la mayorla de los casos, permanece invisible para el lector. Sin embargo, ese proceso es tan valioso como su resultado y suele arrojar resultados parciales que pueden ser tan interesantes como aquellas imágenes seleccionadas finalmente por el autor para ser ofrecidas a su público. En el caso del cómic, arte que integra múltiples lenguajes, el proceso de creación no solo incluye variaciones y búsquedas en la imagen, sino bosque-jos de estructuras narrativas, documentación, reconstrucción de personajes y un largo etcétera.

No todos los artistas valoran y preservan de la misma manera la historia de tal proceso. Muchos descartan o eliminan esas etapas previas una vez que han cu1minado la obra que quieren entregar al público. Otros, en cambio, valoran el proceso a tal punto que incluso la obra definitiva nunca llega a serlo del todo, y puede convertirse en un estado provisional, relativa-mente estable pero siempre dispuesto a transformarse en una etapa más de un acto de creación que no cesa de  reinventarse. A este segundo grupo de creadores pertenece Jean Paul Zapata.

Si se piensa el cómic en un sentido tradicional, es curioso que un artista de estas características lo haya elegido como medio de expresión, pues en el ámbito de la historieta industrial todo proceso de creación, además de estar estandarizado y segmentado en labores ejecutadas por distintos individuos, es obliterado una vez se desemboca en la publicación, producto acabado, cerrado y distribuido para su consumo. Sin embargo, la concepción que tiene Jean Paul Zapata de la historieta está lejos de esta corriente masiva, y forma parte de esas formas de cómic más personales, tanto en su proceso de creación como en sus temas y formas expresivas. 

Si bien el trabajo de Zapata no es aislado ni autorretlexivo, pues está abierto a colaboraciones y participaciones de otros creadores (reunidos en el laboratorio de creación de la editorial Cultura(s), dirigida por el maestro Jesús Alberto Motta), además de estar fuertemente anclado en una comunidad y un entorno social y cultural del que se nutre y con el que dialoga permanentemente, si está tamizado por el filtro de una subjetividad que explora, se mueve y se transforma al dejarse afectar por los rostros y las voces de una ciudad, un barrio o una calle que se materializa en esos personajes que tienen un poco de él y mucho de esa multitud que lo posee y lo hace volcarse sobre el papel de manera casi compulsiva.

Estas son las dos facetas de la obra de Jean Paul presentes en esta muestra, concentrada principalmente en ese universo narrativo que él ha bautizado 4 jinetes, editado originalmente por la Editorial Cultura(s) entre los años 2005-2012: 4 jinetes 1: Una historia de dan nadies; 4 Jinetes 2: W ay of t:Jw heart, y 4 Jinetes 3: El Birreino, los tres tomos de esta novela gráfica que, en su proceso de creación, participa de las prácticas más interesantes del arte contemporáneo. En esta muestra, se ofrece un conjunto de material inédito constituido por bocetos, ilustraciones, diagramas, planchas originales, grabados, fotografías de referencia, mapas, cuadernos y maquetas de página, asi como ejemplares, parciales o definitivos, de las histori-etas en sus distintas fases de publicación. Este primer conjunto de obras constituye la cartografía del proceso creativo, cuya riqueza radica en su heterogeneidad: desde dibujos a l!piz o tinta, pasando por esquemas narrativos y temporales abstrac-tos, guiones gráficos o literarios, estudios de color, citas y reílexiones, hasta libros animados (pop-up) y páginas originales acabadas, esta cartografía ofrece múltiples imágenes que son como los fotogramas de una pelicula congelada, aquella que rara vez se nos exhibe, pues expone los secretos y vicisitudes de la creación. Por otro lado, el anclaje local de la obra, su capacidad para expresar y también cuestionar el entorno socio-cultural de donde surge, esa voluntad de introducir en la historieta las voces, las “pintas”, las historias y los paisajes de entornos específicos de esta gran ciudad, para apropiarse de un medio asociado comúnmente con la fantasía y la evasión, se manifiesta en las ampliaciones a gran escala de ciertas viñetas e ilustraciones. Estas imágenes buscan evidenciar la fuerza pictórica o expre-siva con las que Zapata captura alguna de las aristas del rostro multiforme de la ciudad, la calle, el barrio y sus personajes, enlazados en una historia que tiene visos fantásticos y realistas, oníricos y testimoniales, a través de un ejercicio de registro, sin pretensiones etnográficas, pero que es capaz de capturar las singularidades que construyen el microuniverso de una localidad, dotándolas de una dimensión universal.

Juan Alberto Conde Aldana