Esta pintura es elocuente y ruidosa en lo que muestra, pero evasiva y escurridiza en lo que nos permite decir sobre ella. Uno podría especular sobre los posibles intereses aquí expresados: el color, fosforescente, el colorinche, el movimiento, el espacio, el efecto, la luz, la pintura misma, los fluidos, el ectoplasma, el humor, imágenes de la transición donde se resuelve todo lo que uno lleva por dentro, donde es posible hacer conexiones, atornillar contrastes, lo mestizo, la duda, los bordes, delatar lo local, lo universal en lo local, la inconsistencia, mirar de aquí para allá, de un lado a otro y de regreso, descubrir costuras,  localizar, asentar, rematar, desembuchar, y sin embargo continúa inasible a través de palabras.
La pintura produce situaciones increíbles, Multiversos como Rojas mismo lo llama, y si hay algo para lo que la pintura es buena, es para permitirnos visualizar estos espacios simultáneos, yuxtapuestos, contaminados, que sólo se pueden apreciar estando en su presencia; hay que verlos porque no se puede acceder a ellos de otro modo.
Mariangela Méndez, Curadora, *Profesora asociada del Departamento de Arte de la Universidad de los Andes