Recientemente, y tal vez con mucha más intensidad que en los últimos años, el mito del creador de arte se ha visto cuestionado por las mismas dinámicas del campo artístico donde curadores, críticos y gestores ahora hacen parte importante de la producción, no necesariamente porque ellos sean artistas, sino porque el mismo acto creativo involucra negociaciones complejas con otros actores del mismo campo. El resultado es que las obras y las mismas exposiciones no serían, así entendidas, como un acto de creación “puro” que depende de un sujeto “genial” sino que son más bien una intersección en ese campo de fuerzas que es el mundo del arte. Pero ¿qué pasaría si se invierten los roles y los que son considerados actualmente artistas comienzan a adquirir otro papel convirtiéndose en críticos y curadores y los que tradicionalmente han desempeñado otros roles ahora empiezan a comportarse como artistas? Donde Manda Marinero No Manda Capitán, es un proyecto que busca generar un espacio donde los curadores, académicos y críticos puedan realizar obras que tienen que ver con sus propias expectativas de lo que ellos entienden por arte contemporáneo y que partirán de sus propias experiencias con el arte y de sus singularidades. La libertad de creación de los ahora “artistas” estará mediada por un diálogo con los integrantes del grupo Si Nos Pagan Boys quienes intentarán generar un texto crítico sobre las obras producidas para el proyecto.
La idea principal de esta convocatoria curatorial es poner en tensión las mismas relaciones sociales que se ejercen en el medio artístico considerando que en los últimos años ha habido una profesionalización de la práctica artística pero no así (o al menos no de una manera generalizada) de otras esferas del campo como la historia, la crítica e incluso la curaduría. Es interesante notar, por ejemplo, que muchos de los críticos, curadores y gestores estudiaron arte “para convertirse en artistas” pero resultaron trabajando en “otras cosas”, algunos incluso sin abandonar del todo su trabajo artístico o entendiendo sus otros trabajos como extensión de su proyecto artístico. Esa lógica tiene que ver no solo con la recursividad de generar trabajos alternos en un país cuya dinámica artística aún es muy precaria, sino por intereses personales que llevan a ciertas personas a ejercer su creatividad en otros lugares del campo. Justamente, y de la misma manera, el proyecto Donde Manda Marinero no manda Capitán parte de una iniciativa de artistas que en varias ocasiones han logrado generar proyectos autogestivos para exhibir trabajos, ya sean propios o ajenos.
Este proyecto busca lograr un reconocimiento y una relación mucho más activa por parte de las diferentes instancias creativas y gestivas y de todos los actores involucrados; y aunque reconocemos que no todas las personas puedan estar interesadas en una participación activa, confiamos en que la propuesta tenga acogida como forma de cuestionar roles y pre- juicios del mundo artístico local.
SI NOS PAGAN BOYS